¿Cuántas horas podemos trabajar en el agua?

La inmersión prolongada provoca cambios neurofisiológicos en el cuerpo que mal gestionados pueden alterar nuestra salud.

Compañeros y familias me hacían recurrentemente esta pregunta, una veces en la forma «cuántas horas pasas en el agua», otras veces en la forma «cuántas horas podría yo estar en el agua». Vamos pues a abordar el asunto.

Hasta donde yo se, en España no existe legislación que regule cuánto tiempo puede pasar un terapeuta en inmersión, como sí existe en otras profesiones cuyo desarrollo puede acarrear problemas de salud laboral. En los foros del mundo de la natación se habla de no entrenar más de tres horas seguidas inmersos, y quizás esto puede servir de referencia, aunque en la élite los nadadores pasan mucho más tiempo.

La inmersión prolongada provoca cambios neurofisiológicos en el cuerpo que mal gestionados pueden alterar nuestra salud. También está estudiado el impacto en la mineralización ósea de situaciones ingrávidas asimilables a estar en la piscina. En mi caso concreto, en el desempeño de nuestras sesiones acuáticas cuando trabajaba en Upacesur, y en mi trabajo en ejercicio libre, dividimos el trabajo en bloques de tres horas, entre los cuales descansamos una hora y media cómo mínimo antes de volver a entrar.

En el lado de los usuarios, yo nunca me he enfrentado a pacientes o usuarios que quieran estar tanto tiempo en el agua, máximo una hora seguida, en tanto que en ese tiempo da lugar de sobra a implementar un tratamiento correcto. Por lo tanto no creo necesario hacer más consideraciones.

Por otro lado está la reflexión de cuánto tiempo a la semana es relevante trabajar en el agua, de nuevo del lado del usuario o paciente. Parece obvio que intensificar el trabajo semanal aumentará las probabilidades de éxito, medido en el grado de consecución de los objetivos propuestos. Pero entra también valorar la carga terapéutica que soporta ese paciente: cuántas horas dedica a la semana a sus terapias, a todas, para valorar cómo se equilibran nuestros tratamientos acuáticos a su realidad.

Sea como sea, me decidí a lanzar una encuesta, sencilla pero concisa, para tratar de satisfacer mi curiosidad al respecto. Empezó con carácter nacional, pero traspasó fronteras (La encuesta ya está cerrada). Sobre los resultados que arrojó trataré en otro post, porque va teniendo muy buena pinta y parece que hay ganas de saber qué sacamos, pero reconozco que me atasqué en la estadística y no sé cómo seguir…


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